En su aplicación habrá que tener en cuenta:
- Contaremos el cuento La Tortuga, para que el niño o niña se pueda identificar con el protagonista.
- Ante una situación potencialmente estresante, le decimos la palabra "tortuga", el niño adoptará una postura entrenada previamente imitando a la torutuga (introduciéndose en su caparazón: barbilla al pecho, mirada al suelo, brazos y puños cerrados y en tensión, estirados a lo largo del cuerpo) contamos hasta 10 y procedemos a relajar de nuevo todos los músculos.
- Hemos de reforzar o premiar este entrenamiento y su posterior aplicación para que el niño se anime a utilizar esta estrategia de forma autónoma cuando se sienta inquieto o ante situaciones que le resulten de difícil control.
Esta técnica, capaz de hacer que el niño controle sus propias emociones y consecuentemente sus comportamientos asociados al enfado, como rabietas, fomentará el desarrollo de la inteligencia emocional.
CUENTO: LA TORTUGA
Cada día, al ir a la escuela, prometía a su mamá que se iba a portar bien pero siempre acababa por tirar las cosas, gritar, correr, insultar, pegar a los demás. Y en casa también se portaba mal, no quería recoger los juguetes, daba malas contestaciones, no quería hacer las cosas y sus papás estaban disgustados y se enfadaban.
Tortuguita empezó a pensar que era una tortuga mala y comenzó a sentirse muy mal. Un día,cuando peor se sentía, se encontró con la torguta más grade y vieja de la ciudad, tenía 200 años y era muy sabia, todos los días le pedían consejos.
Doña Tortuga, que así se llamaba le dijo:
- Tortuguita ¿qué te pasa? ¿por qué estas tan triste?
- Porque soy una tortuga mala. No me quiere nadie, todos me regañan.
Doña Tortuga, que era tan buena como sabia le dijo:
- La solución de tus problemas está en tu caparazón.
- ¿En mi caparazón?- le preguntó Tortuguita sorprendida.
- Sí, puedes esconderte dentro de tu caparazón cuando te enfades, antes de pegar, dar voces, insultar, decir palabrotas, molestar. Cuando te encuentres dentro de tu caparazón, te quedas tranquila y piensa lo que tienes que hacer. Así pues, la próxima vez que te enfades métete enseguida dentro de tu caparazón.
Al día siguiente Tortuguita lo comprobó. Cuando se enfadaron sus compañeros y no querían jugar con ella, se empezó a enfadar mucho y recordó lo que le había dicho doña Tortuga, en vez de pegar a sus compañeros, encogió sus brazos, piernas y cabeza y los metió dentro del caparazón, se mantuvo quieta hasta que se tranquilizó. Cuando salió del caparazón sus compañeros y la maestra la felicitaron, y enseguida se pusieron a jugar todos juntos.
Está muy bien el cuento para enseñar a los niños a pensar antes de actuar, y evitar que se dejen llevar por la rabia. Gracias
ResponderEliminarGracias por compartir, lo cierto es que nos viene bien a todos (pequeños y grandes) esta técnica. Un beso y buen finde.
ResponderEliminarA veces el problema es que no enseñamos a los niños y niñas a controlar sus emociones, simplemente les reñimos por pegar, insultar, "portarse mal"... creo que esta técnica puede llegar a ser muy útil si se les enseña bien.
ResponderEliminarY para los adultos también viene bien poner en práctica el pensar y controlar los impulsos antes de actuar.
Gracias a vosotras por comentar. Besos.